Yo doy de mamar
Hoy quiero
compartir contigo un texto que igual ya conoces, yo lo leí hace tiempo pero
justo hace muy poquito volvió a caer en mis manos y me apetece que esté por
aquí, porque sin duda es una maravilla y no puedo estar más de acuerdo en todo
lo que dice.
Yo no doy de
mamar porque lo recomiende la OMS, ni porque sea lo mejor para mí, ni para
prevenir la osteoporosis, ni en su momento porque quisiera evitar la depresión
post-parto, ni para que mi bebé esté más sana que otros o prevenga ciertas
enfermedades en el futuro.
Yo no doy de
mamar para oponerme a las hermanas que dan biberón, ni para ganarle ninguna
batalla a la leche de fórmula, ni porque sea una moda o no esté de moda y me
guste ir a la contra.
Yo doy de mamar
porque desde que te concebí estoy enamorada de ti, porque 16 meses después de
tú nacimiento sigo sin encontrar otra manera más hermosa de decirte que te
quiero, que estoy aquí para ti cada vez que me necesites.
Yo doy de mamar
porque me da la gana, porque me sale de la teta, porque me parece una simbiosis
increíble la que hemos logrado, porque jamás me sentí más productiva, ni más
nutritiva, ni más receptiva, ni más recíproca, ni más tuya, ni más mía.
Yo doy de mamar
porque me hace feliz, porque te hace feliz, porque me permite bailar contigo en
la quietud del atardecer, en la penumbra de la primera hora del día, bajo la
rabiosa energía de la luz del sol o en el cobijo de la Sombra (la real y la
propia).
Yo doy de mamar
porque la naturaleza está ahí, porque no necesito controlar nada, porque me
permite reencontrarme con generaciones de mujeres dentro y fuera de mi familia,
porque estoy re-naciendo y es tan hermoso.
Yo doy de mamar
porque es algo vital, mágico, irrepetible, porque no ha sido un camino fácil
pero ha valido la pena, porque hemos aprendido mucho juntas: yo de ti y tú de
mí.
Yo doy de mamar
porque soy tenaz, testaruda, cabezota, perseverante, capaz, porque soy lúbrica
e intuitiva, porque con mi leche te trasmito la energía femenina que va de
madres a hijas de generación en generación: el río de la vida.
Yo doy de mamar
porque existen las jeringas y los sacaleches y los cirujanos expertos en
frenillos submucosos y los antibióticos y los probióticos y las IBCLCs y la
fuerza del grupo… y una voz amiga detrás de un teléfono,
Yo doy de mamar
porque hay un hombre que completa el triángulo, un gran padre que no tiene
celos, un compañero de vida que apoyó mi decisión cuando fue cuestionada, que
ha comprendido, que ha otorgado, que ha sido mi hombro en los momentos bajos,
mi Dj, mi “amo de casa”, mi cocinero, mi enamorado, nuestro proveedor de Futuro.
Yo doy de mamar
porque existe el Jazz, el Blues, porque mis senos han fluido durante horas
escuchando la aguja arañar el vinilo, porque Ladies Sings the Blues,
porque amo la noche y dormirte cada día al pecho es un gustazo y no una rutina.
Yo doy de mamar
porque mis tetas son hermosas, increíbles, invencibles, porque no tienen
vergüenza alguna de amamantarte libremente cuando lo necesites, estén donde
estén.
Yo doy de mamar
porque cada vez que me buscas en el lecho me siento tan loba, tan fuerte, tan
mujer, tan madre, tan libre, tan yo…
Gracias por
existir hija mía, por lucharte el inicio de esta lactancia junto a
mí, por disfrutarla, por seguir haciendo posible tanta felicidad, te amo,
estoy aquí, estás aquí... ahí fuera, el mundo a nuestro alrededor, gira, gira.
Texto de Myriam Moya Tena de www.enminusculas.com
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