Mamá no te va a ayudar
Ayudar a nuestros pequeños a
hacer cualquier cosa que les interese o se les resista es sin duda uno de los
instintos que nos salen casi automáticos, pero en mi opinión muchas ocasiones
deberíamos de intentar contenernos y solo brindar nuestra ayuda en momentos
realmente necesarios.
Yo ayudo a N a abrir o cerrar
un bote, la cremallera de un estuche o a coger la sopa con la cuchara, siempre
y cuando ella lo haya intentado hacer antes y al no conseguirlo me pide ayuda,
pero nunca la he ayudado a por ejemplo: ponerse de pie, a dar sus primeros
pasos o a bajarse de la cama.
Estas últimas cosas resultan mucho
más importantes que las primeras y es por ello que pienso que debe de realizarlas cuando esté realmente
preparada y para saber realmente cuando será ese momento lo mejor es intervenir
lo menos posible.
Cuantas veces te han dicho “prepárate
porque cuando eche a andar vas a tener los riñones molidos”? Algunas
verdad? Pues yo puedo asegurarte que no tiene
porque ser así.
N en Julio empezó a ponerse
de pie en los 5 minutos que aguantaba dentro del parque cuna solo para
conseguir salir de allí antes. En agosto se atrevió a hacerlo ya en el suelo
duro gracias a la mesa bajita del salón y la de la tele y a partir de ahí poco
a poco, a su ritmo, fue cogiendo soltura, ya le valían las sillas, nuestras
piernas y cualquier superficie que medianamente viera segura. Luego paso a los
pasos laterales dentro del mismo mueble y de a poquito se iba a atreviendo a
cambiar de un sitio a otro sin soltarse del primero antes de agarrar el
segundo, pero si lo veía complicado jamás pedía ayuda, al no ofrecerla no la
reclamaba, se tiraba al suelo gateaba dos pasos y vuelta para arriba.
Cuando la gente la veía
siempre decía lo mismo esta la tienes andando ya mismo, prepárate… pues
tardo 5 meses en total en decidirse a soltarse pero por mí como si hubiera
tardado 10.
A mucha gente le choca que
deja a N enfrentarse sola a ciertas cosas y sin embargo luego la lleve siempre
en brazos o porteando si me lo pide. Pero es que tal y como dice una de mis
frases favoritas “tengo hambre, pero no
me des peces, mejor enséñame a pescar” y con N sin duda intento
aplicarla lo máximo posible.
Porque si, es mi bebe, mi
niña y lloro muchas veces viendo lo grande e independiente que se hace tan
deprisa, pero es así como debe de ser, para eso estamos los padres para
preparar a nuestros hijos a que sean capaces de enfrentarse a la vida por si
solos, sin miedo de dar los pasos por ellos mismos aunque se caigan mil veces
antes de conseguirlo, pero sin que duden un solo segundo, que si nos necesitas
si nos llaman solo tienen que llamarnos y ahí estaremos para darle fuerzas,
ánimos o simplemente consolarlos.
¿Y tú como lo has hecho o
tienes pensado hacerlo? ¿Eres de las que pone la tirita antes de que se haga la
herida?
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