Si volviera atrás… si se empezará de nuevo

Realmente no soy una persona con muy buena memoria… si le preguntas a mi marido más bien me compararía con Dori de Buscando a Nemo, pero si es cierto que imagino gracias a las fotos que tengo de aquella época recuerdo algunos instantes de mi paso por la guardería con gran cariño.  Sin embargo…. Si me preguntas ahora mismo te diría que cada día tengo más claro que donde mejor están los niños hasta los 3… incluso me atrevería a decir 4 años es con sus madres. 


Entiendo que hay casos donde no queda más remedio que tomar la decisión, e incluso en los que los niños son “encasquetados” a ciertos abuelos veo que estarían mejor en la guardería. Pero me quiero remitir solo a las dos posturas que por ejemplo había en casa… y si hablo en futuro porque ya casi he pasado a J al lado oscuro.


Cuando en mayo de 2014 se abrieron las inscripciones empezó una “batalla” en casa… J quería que Noa fuera si o si a la guardería, porque le iba a venir genial para relacionarse con otros niños, porque iban a enseñarle muchas cosas y a aprender mucho mejor que con él, porque estar separada de mamá y papá la iba a hacer más independiente… etc.. etc…    Yo por el contrario no quería, primero porque para relacionarse con niños está el parque, los vecinos y los amigos, porque nadie mejor que nosotros le puede enseñar nada ya que la conocemos y respetamos sus ritmos y por supuesto para nada estaba convencida de que se fuera a hacer más independiente sino que pensé que iba a llevar tan mal la separación que no iba a aguantar en la guardería ni dos días.

Finalmente ganó el papá puesto que era el que se tenía que quedar con ella… y eso podía impedir que pudiera realizar ciertos trabajos… así que nos dimos el mes de septiembre de prueba según fuera ese mes seguiría o no. La elección de la guardería a día de hoy puedo decir que podía haber sido mejor pero dentro de lo que se oye por ahí no fue mala del todo.

N se adaptó fenomenal a pesar de mi incredulidad. Adoptó a una de las profesoras como la figura de apego que necesitaba y la seguía como si de su sombra se tratara y así ha seguido hasta el día de hoy. Pero el que lo pase bien no tiene nada que ver con que no nos eche de menos y lo demuestra a la perfección con un  No discuto que ha aprendido cosas (colores, números, formas, etc…) pero tampoco creo que si se hubiera quedado en casa no los supiera.  Lo que si tengo totalmente claro es que allí ha aprendido a pegar, a pellizcar y a pelear por los juguetes acciones que en casa no hacemos y es más ni siquiera ella las practica. 

También le han enseñado lo que es el rincón de pensar… hay acaso acción “educativa” más estúpida para un niño de un año? Y mejor no hablar de todos los virus, mocos e –itis que durante todo el curso escolar nos han acompañado… si hago recuento realmente no sé si ha pasado más días en casa recuperándose o en la guardería contagiándose.  

Si a esto le sumamos el dinero que cuesta, el material, el uniforme, las fotos, las excursiones (si sí ¡! Excursiones con un año por supuesto que tienen que ir acompañado de sus padres, ósea que es lo mismo que si lo llevas tú pero “aguantando” no solo al tuyo sino a 20 más como él) las fiestas, las recomendaciones… etc etc  Como he dicho al principio hasta J se ha replanteado si este año seguir o que se quede en casa.

Finalmente por diversos proyectos y razones seguramente volverá a ir y encima empezando de cero porque en unas semanas nos cambiamos de casa y de barrio… y por lo tanto habrá que cambiar de guardería pero estoy segura que los chichones, los virus, los gritos y las peleas serán más de lo mismo de lo ya vivido.  Solo espero que se adapte tan bien que me vuelva a dejar con la boca abierta y por lo demás seguiremos guardando historias y anécdotas para contarle cuando sea más grande.

Y tú de qué bando eres??? Apoyas la guardería como lo hacía J? o prefieres el  hogar como hago yo? Nos vemos el lunes, último día de agosto con una sorpresa para despedirlo :P No te lo pierdas!! 

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