El embarazo por la seguridad social
Desde mucho antes de ser mamá escuchaba que muchas
mujeres se apuntaban a un seguro médico para luego unos meses más tarde comenzar
la búsqueda del bebé y poder seguir su embarazo por lo privado que era mejor
que por la seguridad social. Y para que mentirte, sin ninguna duda yo también
pensaba que era lo mejor.
Pero una vez que empiezas a leer casos e investigar un
poco cuando decidimos ser papás, comienzas a ver que tampoco es tan bueno como
lo pintan, es cierto que la atención es mucho más personalizada, que sabes que
quien te ve desde el primer momento va a ser el mismo que seguramente te
atienda hasta el final, etc. pero fuera de ahí había muchas cosas que me disgustaban
más que me atraían.
Tener una visita mensual puede parecer que es muy
satisfactorio para comprobar algún problema, pero en realidad no son
necesarias, ni por muy bonito que sea poder ver a tu bebe todos los meses a
través de la ecografía. El ecógrafo para ellos es como un tren ruidoso que los
asusta y les invade su tranquilidad, recordemos que hace 30 años seguramente tu
madre no te vio ninguna vez y tú estás aquí.
Bonito? No lo discuto, pero necesario no.
Luego el alto índice de cesáreas en la salud privada
es muy alarmante para el tema de cuadrar los horarios con tu ginecólogo. Las
prisas nunca son buenas y en temas fisiológicos menos aún… Has probado a cagar
cronometrada o con hora fijada?? Pues esto es lo mismo.
Así que a pesar de que en su momento me parecía una
opción muy buena la del seguro médico, llegado el momento decidí confiar en la
seguridad social que disponemos en este país, que a pesar de todo no deja de
ser una bendición poder disfrutar de esto “gratuitamente” Y aunque la
impaciencia es igual en el primero que en el segundo jajaja tengo que reconocer
que me gusta y me parece suficiente las visitas y controles que se realizan,
porque recordemos que estamos embarazadas no enfermas.
Yo pienso que la espera más larga es la de la visita
de las 12 semanas, por la incertidumbre de saber si todo está bien y de
comprobar si realmente esas dos rayitas significan que seréis uno más en unos
meses. Pero también es cierto que si algo sale mal, que sale y muchas más veces
de las que lo imaginamos, yo al menos prefiero no haberlo visto, duele igual si
pero ya sabes aquello de ojos que no ven…
Esta primera prueba es para comprobar la medida del pliegue nucal y a
través de ella pueden comprobar un porcentaje de probabilidad de que el futuro
bebé represente síndrome Dawn o no. Pero
en realidad que salga porcentaje bajo no quiere decir que no lo tenga… y que
salga índice alto tampoco asegura que lo vaya a padecer…. Entonces sinceramente
ahora habiendo pasado las dos si lo piensas realmente es “una tontería de
prueba”
La segunda visita es la primera con tu ginecólogo
asignado suele ser sobre la semana 13 y la 15 y aunque alguno se aventura a
decir el sexo, no es lo más habitual ni seguro al 100%. Comprueba las medidas
que correspondan con las semanas de las que estás, el resultado de los análisis
que te habrán hecho en tu centro de salud durante la semana 9, el
posicionamiento de la placenta, etc y también los resultados de la prueba
anterior. Te da las pautas de que cosas debes y no debes hacer durante el
embarazo y las fechas para las próximas citas que serán en la semana 20 y 28.
La visita de la semana 20 vuelve a ser como la de las
12 en el hospital, esta prueba yo creo que sin duda es la más importante de
todas, la única a la que no faltaría quizás. Es una prueba de malformaciones,
en ella pueden comprobar el labio viperino, la espina bífida, alguna anomalía
cardiaca, malformaciones físicas, etc. Alguno de los descubrimientos puede no
tener solución y habrá que esperar a que nazca para poder intervenir, pero para
otros la detección temprana es la clave.
La visita de la semana 28 vuelve a ser con tu
ginecólogo, en ella comprobará los resultados de la analítica que te realizarán
sobre la semana 24 en el centro de salud junto a la curva del azúcar, la prueba
más asquerosa e inútil que realizaras en todo el embarazo. También los
resultados de la ecografía de la semana 20 junto con las mediciones y
observaciones que el haga en la que te realizará. Volverá a recordarte las
pautas a seguir y te dará la cita para la próxima ecografía que será sobre la
semana 34.
Hay otra visita sobre la semana 34 que suele ser la
última ya que no hay otra hasta la semana 40 y aunque muchas mujeres nos
pasamos de esa fecha, las que no llegan no la tienen como es normal jijiji. En
la visita de la semana 34 te miran la última analítica que te habrás hecho en
el ambulatorio, la prueba del estreptococo y normalmente también te dan los
papeles de consentimiento de la donación de cordón y de la epidural.
Si llegases a la semana 40 te vería tu ginecólogo por
última vez y te citaría en la semana 41 a monitores en el hospital donde ya te
realizarían el seguimiento desde entonces para fijar la fecha de provocación en
caso de no ponerte por ti misma.
Así que si nos ponemos a contar en 9 meses... tienes 6
ecografías, 3 analíticas y 5 controles de enfermería en centro de salud.
¿Realmente es necesario llevar un control aún más exhaustivo por lo privado?
Como comentaba antes de añadir algo, solo pondría una ecografía en la semana
6-7 por confirmar que todo es real y va bien sobretodo para casos de embarazos
que puedan acarrear algún problema de salud para la madre.
¿Cómo ha sido tu experiencia? ¿Has ido por la
seguridad social, por lo privado o por ambas?
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