La casa de la mosca Fosca

Este libro es todo lo contrario a lo que en un principio yo llamaría un cuento bonito, porque sus integrantes tienen un aspecto con un punto “desagradable”, sus colores son extridentes y demasiado llamativos y por último está lleno de nombres raros que convierten su lectura en un auténtico trabalenguas… pero todo eso pasa a un segundo plano en cuanto lo lees la primera vez.



La casa de la mosca Fosca puedo decir que es el cuento que más nos ha enganchado en casa, quizás justo por todo lo que contaba en el párrafo anterior… y es que sus ilustraciones van a la perfección con la historia y la rima del cuento… que nos incita a leer y releer una y otra vez hasta aprendernos de memoria todos y cada uno de sus personajes junto a sus rimas en un orden invariable.



Incluso hay un punto de pique entre los “asistentes” a la lectura por ver quien lo dice más rápido y sin equivocarse… pero no es lo único que enseña este libro. Sino que con él también aprendemos a contar, a compartir y a interpetrar.



La historia en sí, es sencilla de entender, trata de una mosca que se construye una casa y organiza una fiesta con una rica tarta de moras, pone una mesa con 7 platos y 7 sillas pero se le llena enseguida… y cuando mejor se lo van a empezar a pasar… aparece el oso con el que todos los pequeños se enfadan… porque si, esa es otra de las cosas que más me gusto que aquí el lobo no es el malo por lo que ayuda a salir del típico estereotipo de la mayoría de libros infantiles, donde si aparece un lobo suele ser para algo malo.




Es un cuento para leer una vez tras otra… y no parar al menos hasta aprenderse los 3 primeros personajes del tirón… el resto ya te conquistara por el solo y lo principal y más importante es que a los más pequeños aún más.


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