Emma ya está aquí - Mi segundo parto
A las 07:00 a.m. sonó el
despertador como todos los días y a pesar de que me encontraba con menos ganas
que de costumbre, pero aun así me dije “Azahara es viernes, tu f.p.p.,
quítatelo de en medio que con suerte el lunes ya no hace falta que vayas más”
así que me vestí y me fui a trabajar.
Las contracciones que
sentía en las últimas semanas seguían igual, Emma seguía moviéndose como de
costumbre, me hacía pipi cada hora y media como mucho… y por lo tanto nada distinto a días
anteriores, pero cuando entre sobre las 10 al baño note que tenía flujo rosa y
aunque me emocioné de sobra es sabido que empezar a expulsar el tapón nada
tiene que ver con que el parto sea inminente así que me volví a terminar el
trabajo pendiente y solo me dije que, si en la siguiente visita al Sr. Roca el
manchado era mayor, me iría a casa.
Pero no dio tiempo a
comprobarlo. Sobre las 10:50 tuve que llevar unos documentos a unos compañeros
de almacén y al volver en la oficina de unos compañeros me pararon a
preguntarme que si pensaba parir allí (jajajja) les dije que no, pero que si me
sentía bien para que estar en casa… que ni quería perder dinero por estar de
baja médica, ni coger la maternal adelantada para poder aprovecharla al máximo
después. Una compañera añadió que tenía
muy buena cara para ponerme de parto hoy y un compañero le respondió buena cara
tiene, pero eso no tiene nada que ver da un paso rompe aguas y de parto se
pone.
En ese momento sonó el
teléfono y me dirigí a mi mesa para atenderlo y tras uno no, pero si dos pasos
noté como algo caliente me resbalaba piernas abajo… como con Noa no había roto
aguas no me podía creer que realmente aquello me estuviera pasando, iba
pensando entre creyendo y sin creer, pensando si podía ser pipi mientras seguía
caminando y cada vez más y más mojada me sentía. Me pasé mi mesa de largo y
corrí al baño, una vez allí sin duda aquello salía solo… y no era pipi. Llame a
un compañero para que buscara otro pantalón y apañé entre servilletas y una
bolsa algo que contuviera aquello lo máximo posible para no empapar el coche…
porque sí… yo me vine conduciendo a trabajar y así mismo me fui a mi casa.
Mientras que me buscaban
el pantalón avise a Juanma y a mi madre, pedí a otro compañero que por favor me
acercara el coche a la puerta y me harte de reír por la situación. Aquí
descubrí que las películas son autentica ficción, salvo por la pingadura que
pillé yo estaba exactamente igual que 2
minutos antes, sin dolores, sin contracciones y sin nada que insinuara que
aquello era inminente.
Juanma mientras yo llegué
a casa fue avisando al resto de la familia y también al colegio para avisar de
que sería mi madre la que pasaría a recoger a Noa, dudamos mucho si ir nosotros
en persona a decírselo, pero ante la duda de si se pondría más triste al vernos
marchar y dejarla preferimos que siguiera con su horario habitual y la abuela
le contará que habíamos ido al hospital porque la hermana ya iba a venir.
Me duche, me lave el pelo
y me arreglé, la mejor opción que encontré para controlar los “escapes” fue
usar pañales de Noa y te puedo asegurar que, aunque parece que van a rebosar,
eso empapa de lo lindo y no te mojas nada. Preparé un par de ellos más en el
bolso por si acaso y pasamos por casa de mi madre a dejarle la maleta de Noa
con el pijama y un par de mudas y a darle un beso.
Sobre las 13:00 llegamos
al hospital, conté lo que había pasado, me pidieron permiso para hacer un
tacto, acepté, y me confirmaron lo que ya sabíamos, había roto aguas, pero de
parto no había ningún indicio. Pero por protocolo, nos ingresaban en planta
durante 24 horas para ver como avanzaba la cosa y sino a las 11 del día
siguiente lo provocarían,
A las 14:00 ya estábamos
en la habitación, conectamos los móviles al enchufe y nos pusimos a hablar con
la familia. Vinieron a ponerme monitores para un control, pero como todo seguía
muy parado me dijeron que nos dejaban tranquilos, que a las 23:00 horas
vendrían de nuevo a ponerlos y ver cómo iba la cosa, qué si entre medias,
sangrara mucho, el líquido cambiara de color o tuviera contracciones en
intervalos de 3 minutos durante 1 hora que las avisara.
A las 15:00 trajeron mi
comida y mientras Juanma aprovecho para bajar a comer él también. Después me
tumbe a descansar un ratito y sobre las 16:00 le dije a Juanma sigue tu
durmiendo que yo voy a ver si ayudo a esta a salir antes de la cena. Por
supuesto se rio y se quedó tumbado.
A las 16:45 se asomó al
pasillo y me pregunto y le dije guay ¡! Están cada 3 minutos pero son super
llevaderas, ahora me tumbaré a ver si son de las que paran al descansar o
continúan que eso sería buena señal. A las 17:00 me tumbe y las contracciones se
ralentizaron en tiempo empezaron a venir cada 7 minutos pero el dolor se
intensifico por 4 o 5… estuve así durante 15 minutos pero decidí levantarme
para ver si el dolor era más llevadero como antes de tumbarme pero no… aquello
ya había cambiado el ritmo volvieron a acelerarse… cada 5-4-3 minutos y el
dolor en vez de bajar seguía subiendo… a las 17:45 se acercó Juanma a pedir que
vinieran a verme y unos minutos después vino la matrona para comprobar, me dijo
que te pasa? Y digo que creo que a las 23:00 no llego, nos reímos y me hizo un
tacto y por suerte nos dijo y tanto que no!! Pero si estas de 4 y medio a
paritorio esto está genial con lo tranquilo que parecía, ahí los segundos que
engañosos son.
Recogimos todo de la
habitación y nos dirigieron a paritorio a mi directa y Juanma teniendo que
salir para “vestirse de verde” y volver a entrar. Al llegar a paritorio mi
matrona se presentó y me pregunto si quería epidural y tras entrar al baño le
dije que no tenía pensado pero que el dolor era tan distinto al del primer
parto que, si iba a tener que aguantarlo mucho tiempo quizás no iba a ser
capaz, y al explicarle como me dolían su cara cambio. Me pidió que me tumbara
en cuanto pasara la próxima contracción que iba a ponerme un momento monitores
y hacerme un tacto justo en la contracción para ver si era lo que ella pensaba
y así fue… conforme toco dijo, pero chiquilla ¡! Si estas de 9 y descendida… Avisad
al padre corriendo que esto está aquí ya!!!
Y a mí lo único que se me ocurrió fue decirle entonces ya de epidural
nada no? Jajajajaja…
Al escucharla las dos
chicas que había de prácticas miraron y su cara cambio y ahí fue donde me di
cuenta que aquello sin duda era inminente… y Juanma no llegaba. Me preguntó si
quería ponerme de alguna posición en especial pero la verdad el dolor era tan
seguido y tan fuerte que no podía moverme y me quede bocarriba en la camilla,
ella se sentó a mi lado y me tranquilizaba mientras yo intentaba contener lo
incontrolable para que su padre llegara y estuviera a mi lado, pero contra la
naturaleza no hay nada que hacer, Emma quería salir ya e iba a hacerlo con mi
ayuda o sin ella así que hice mi trabajo, y duele, claro que duele, pero la
sensación posterior es tan animal que volvería a hacerlo una y mil veces más
eso sí con mi marido al lado por favor…
Emma paso de mis entrañas
a mi pecho a las 18:20 y justo cuando se acomodó allí llego su papá que no se podía creer
nada de lo que veía. ¿Pero qué es esto? ¿Qué hace ahí ya? Entre risas le
contamos todo lo que había pasado, hablábamos de cuanto se parecía a Noa y que
ninguno creeríamos que llegará a los 4 kilos de la primogénita, mientras Mª
Angeles también nos explicaba tanto a nosotros como a las estudiantes como el
cordón debía pasar toda la sangre y como en él podíamos sentir el pulso (todos
tocamos y vaya pasada ¡!) hasta que finalmente quedo blanco y lo cortó, en ese
momento y para poder moverme un poco y alumbrar la placenta retiraron a Emma
para vestirla, pesarla y medirla en nada 5 minutos antes de volver a
dármela.
Mientras la placenta salía y nos iban informando que Emma había pesado 4,090
kilos y media 52 cmts. Recuperé un poco la “cordura” y le pregunté qué cuantos
puntos iba a tener que darme, y me dijo ¿puntos? Ninguno, Mi cara tuvo que ser
un poema y me dijo chiquilla, si es cierto que no ha estado tu marido, pero yo
firmo porque todos los partos que tengas las mujeres sean así.
Y es verdad... ojalá todos estuvieran acompañados de un profesional como M.Angeles, que respeta, consulta pregunta y se preocupa por el bienestar físico y psicológico de las mamás. Aunque no creo que repita más, estas dos torturillas ya son suficientes de este parto he aprendido que de los segundos no hay que fiarse y ni 5 minutos para "vestirse" de verde debería de separar el protocolo a los padres.
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